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| Imagen. rellesmaestre@gmail.com |
Cuando uno menta algunos nombres menta la bicha. A mí no me gustan los hombres poderosos, y no obedece a ninguna suerte de envidia soterrada.
No me gustan, porque ponen y disponen sobre la vida de los demás.
Hace algún tiempo fallecía uno de esos gerifaltes de la comunicación mediática. Responsable directo del antenicidio, "o como sacudirse las pulgas cuando el canino anda molesto".
Un alcalde sólo ha de serlo hasta donde le alcanza la vista, y un magnate no puede poseer ni la puerta ni la llave.
Amasar poder, sólo para cercenar las conciencias ajenas es pobre motivo para andar en una vida. El poder no tiene ideologías, sólo herramientas para subyugar. Sólo el ejercicio del poder de manera cabal capacita la redención sobre los estragos del propio poder.
No me gustan los Murdoch ni los Polancos. Siempre han pensado que el mundo les pertenece, y también los que estamos dentro. No me gusta gustarles, ni dejar de hacerlo. Tampoco me gusta el ajedrez todo se dirime en blancas o negras. Ni los hacedores de libertad. La libertad no debería ser una manufactura. Más bien yo la imagino, como un latido de un corazón individual en un cuenco colectivo. Como un aliento en el cogote de los que buscan ser poderosos.
Aunque claro cada uno tiene sus dogmas, y este manojo, son algunos míos.
El dinero, el poder, la manipulación, la corrupción, la soberbia, la envidia, las ideologías, los asesinatos, la insensibilidad, el abuso, el maltrato, el odio, el rencor, las guerras, la hambruna, la religión, la falsedad, la hipocresía, el dolor...todo al mismo saco bien atado y con un yunke hasta el fondo del mar...
ResponderEliminarLibertad!!, ya puedes salir.
Una vez más enhorabuena por el blog y por los temas que estáis tratando.
ResponderEliminarSaludos.
Muy buena entrada.
ResponderEliminarEs importante que los periodistas tengan personalidad y con esta entrada se nota que a vosotros os sobra.
Genial blog